viernes, 25 de mayo de 2018

Ojos

Se levantó de la cama con una sensación incómoda, era de madrugada y desde la ventana se infiltraban los rayos tenues de la luz de la luna. Sentía como unos ojos la observaban desde la penumbra de su habitación y no consiguió acumular el suficiente coraje para acercarse. Volvió a acostarse y se acurrucó bajo las mantas aun cuando el calor la sofocaba. Sin embargo, la sensación de que alguien o algo la asechaba era tan intensa que sus ojos apenas podían pestañear. Pasó así largos minutos, el dióxido de carbono se acumulaba bajo el tejido y la presencia se acercaba. Su existencia era pesada y notaba como a su paso el espacio se engrandecía y ella disminuía como una fruta deshidratada. En un momento dado no pudo más con la falta de oxígeno y tras deshacerse de las mantas se encontró con unos enormes ojos negros de monstruo.

Pozos profundos hacia un lugar que lo absorbía todo. Juicios e inseguridades que la bloqueaban.

Sostuvo la mirada del monstruo durante largos minutos hasta darse cuenta de que no estaba mirándolo de frente, sino que ella misma estaba tras aquellos ojos negros observando una cama vacía deshecha.