Dando
pasos adelante, otras veces cayendo hacia atrás. Pero dando pasos al fin y al
cabo. Concentrando los esfuerzos en mover los pies, mirando alrededor. Chocando,
doliendo, aprendiendo. A veces el barro es tan denso que uno no puede moverse. Por
allí creí percibir anulación. Y con el camino las palabras llegan en todas direcciones:
dispersas o claras. Traspasan, tocan o se te clavan ardiendo. Y de todas ellas
algo se queda, se queda su esencia, su fuerza, o toda ella entera mirándome fijamente.
Algo de ella, algo de él y de él. Algo de todos. Trozos que escapan cuando me
hablas, fragmentos que vuelan cuando simplemente me muevo. Y el mero eco de
ellas en mi cabeza aún sin tener que decir nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario