lunes, 22 de agosto de 2016

Ojos hinchados

Se sorprendió a sí misma mirando fijamente la entrepierna de aquel personaje absurdo, que se contoneaba entre mujeres desnudas en la pequeña pantalla de su televisor anticuado. Eran las tres de la mañana, quizás las cuatro o las cinco, poco importaba. Sobre la mesa varias botellas de cerveza vacías y trozos de hierba desparramados. Ojos hinchados. Su mirada perdida jugaba a zambullirse en aquella película porno llena de clichés, en la que abundaban las escenas de penetraciones desenfrenadas y los bailoteos de tetas enormes. Parecía muy concentrada en todo aquello, aunque era reseñable su rostro inexpresivo y carente de la más mínima excitación. De repente, apartó la mirada del televisor y decidió que sería mejor acompañar aquella patética escena de un buen porro reciclado con las sobras que se esparcían sobre la mesa. Mientras lo liaba se le escapó una lágrima, tragó ruidosamente saliva para contener el resto y buscó desesperada el mechero. Con la primera calada vino a su mente la odiosa pregunta: "¿Dónde queda ahora la niña buena?" y mientras sentía como el THC se esparcía en sus pulmones se auto respondió con un : "que le jodan". Habían discutido de nuevo, ella llevaba varias horas esperando a que por arte de magia él entrara por la puerta con una sonrisa y nuevas energías sin viciar. Sin embargo, él había huido con un sonoro portazo y aunque ella se había rebajado de nuevo pidiéndole diez mil disculpas, a pesar de haberse prometido no volver a hacerlo, llevaba ya horas esperándole. Entonces, mientras se perdía entre el denso humo y los gemidos lejanos del televisor, decidió olvidarlo todo y se imaginó tirándose a otros mientras su cuerpo volaba sobre una suave nube ficticia. 

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